Hace poco un consultor dijo que los peruanos somos unos LUSER, que en castellano se relaciona con el fracaso. Pone un ejemplo a muchos personajes nacionales que pese a las derrotas son nuestros héroes.
Menciono esto porque pese a que estamos pronto a celebrar el BICENTENARIO de nuestra Âżindependencia?, seguimos siendo muy esclavos de todo lo que sea llamado “mundo exterior”; es decir, importadores de todo y para todo.
Ese nivel primario en el que se basa nuestra economĂa, hace que los depredadores de materias primas miren al PerĂş como la gran dispensa para hacer riqueza. Hoy se ve con preocupaciĂłn más de 200 barcos fabrica cerca a nuestras 200 millas, como se ve con inquietud otros recursos como la minerĂa, nuestros bosques y hasta el legado turĂstico con que contamos. Nadie puede desconocer que Macchu Picchu es administrado por chilenos. Nuestra energĂa elĂ©ctrica por Chinos, nuestra amazonĂa por “acuerdos internacionales”, el mar por varios paĂses, siendo el de mayor presencia el paĂs asiático mas poderoso del mundo.
¿Es porque ellos lo quieren? ¡No! Es porque lo permitimos mediante nuestras propias leyes que tiene su nacimiento fatal en la constitución y el alto grado de corrupción tanto privada como pública en el Perú.
No contamos con visos para ser una economĂa de trasformaciĂłn. El mundo nos mira como mendigos que recibimos limosnas y no tenemos pensamiento emprendedor ni transformador y esto pasa por que muchas cosas andan mal en nuestro paĂs.
Se vienen las elecciones y como siempre elegiremos a los “más bonitos” a los que me abrazan, me cuyan, me miman y me dicen “hermanito, primito, paisanito” y hasta coquean a tu lado para que digan que son del pueblo y luego la misma dependencia y el peor de los problemas , es que con cada gobierno que se elige, más dependencia del mundo tenemos y no nos atrevemos a generar riqueza interna y de modernizaciĂłn.
Lo que pasa en el PerĂş, no es tan solo de hĂ©roes, es de gobiernos coyunturales que solo pasan a la historia y no quieren hacer historia desarrollando a nuestro paĂs.