Chasqui, una noche lejos de casa

Desde el día en que llegó a la casa de doña María y don Crisanto, siempre estuvo al lado de sus dueños, su viaje más largo era hacia la plaza, el colegio o el estadio del distrito de Milpuc, en la provincia de Rodríguez de Mendoza; siempre acompañando a Thalía (hija de Crisanto y Maria).

Chasqui es el perro de la familia, muchos vecinos le temen, pues por ser grande e imponente causa cierto temor al verlo en la puerta de la casa; la realidad es otra, es un perro juguetón y algo torpe.

Ayer, al promediar las seis de la tarde Thalía salió a entregar unos pedidos en el distrito de Chirimoto, a unos quince minutos en moto desde Milpuc y como es costumbre, Chasqui fue tras ella.

Luego de una horas, Thalía regresó a la casa, pero Chasqui se había quedado por el camino; durante la noche se realizaron varias llamadas a personas que viven junto a la carretera, para preguntarles si lo habían visto, pero no hubo ninguna respuesta alentadora.

Toda la familia estaba triste, Chasqui nunca antes había estado lejos de casa solo y menos durante la noche, nadie pudo pegar un ojo pensando en el paradero del amigo de la familia, solo quedaba esperar el amanecer para salir en su búsqueda.

Muy temprano en la mañana se armó una comitiva para encontrar a Chasqui, Don Crisanto ensilló su caballo y Thalía puso en marcha la moto; durante el recorrido iban preguntando a las personas si lo habían visto; luego de una hora y media lograron divisarlo a lo lejos, se apresuraron para llegar hasta donde se encontraba, Chasqui estaba desorientado y se dirigía a Achamal.

Al escuchar el llamado de sus dueños el perro paró las orejas, se acercó tímidamente, empezó a mover la cola y puso las patas sobre la moto, una inmensa alegría se sintió al encontrar a un fiel amigo, Chasqui empezó a ladrar, suponemos que en idioma perruno nos decía: Gracias, vinieron por mí…

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