El ciclón Daniel arrasó el noreste de Libia el pasado domingo, dejando un rastro de destrucción sin precedentes
El ciclón Daniel, que azotó el noreste de Libia el pasado domingo, ha dejado a su paso una tragedia de proporciones catastróficas, superando las capacidades de respuesta del país.
Según cifras provisionales proporcionadas por el jefe del Consejo Presidencial de Libia, Mohamed al Manfi, se reporta un saldo de al menos 6.872 personas fallecidas y más de 10.000 desaparecidas.
La ciudad de Derna, la cuarta más grande de Libia, con una población de 120.000 habitantes, se encuentra ahora en una situación crítica. La localidad quedó aislada por tierra debido a las intensas lluvias que provocaron el colapso de dos presas, liberando 33 millones de litros de agua en el centro de la ciudad y devastando zonas residenciales enteras, puentes y carreteras.
La falta de recursos ha obligado a los rescatistas y voluntarios a utilizar utensilios domésticos para sacar a las víctimas de entre los escombros y se han visto obligados a enterrar a los fallecidos en fosas comunes en el cementerio de Martouba, a unos veinte kilómetros de distancia.
El desastre se desató cuando una tormenta destruyó la destrucción de dos represas fluviales, liberando una gigantesca tromba de agua que atravesó Derna en la costa mediterránea, destruyendo edificios completos y dejando a la población en una situación de emergencia.
La Agencia de las Naciones Unidas para las Migraciones informó que al menos 30,000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a las inundaciones en diferentes partes de Libia.
Derna, ubicada a unos 300 kilómetros al este de Bengasi, se encuentra rodeada de colinas y está dividida por un río que generalmente está seco en verano.
Sin embargo, las lluvias transformaron este río en un torrente furioso de agua marrón barro, arrancando varios puentes y ampliando la devastación.
Este desastre natural ha agravado aún más la situación en Libia, un país ya dividido entre dos gobiernos rivales: la administración con sede en Trípoli, reconocida internacionalmente, y una administración separada en el este, la zona más afectada por el ciclo.
Varios países han ofrecido ayuda urgente y equipos de rescate para asistir a Libia en esta calamidad de proporciones excepcionales.
Libia, rica en petróleo, todavía se está recuperando de años de guerra y caos que siguieron al levantamiento popular respaldado por la OTAN en 2011, que derrocó al dictador Muamar el Gadafi.
Las vías de acceso bloqueadas, destruidas e inundadas están obstaculizando gravemente el trabajo de los actores humanitarios que intentan llegar a Derna.
De las siete entradas a la ciudad, solo dos están operativos desde el sur, lo que complica aún más la entrega de asistencia a las comunidades afectadas.
Las autoridades de Libia y la comunidad internacional se encuentran movilizadas para hacer frente a esta tragedia y brindar apoyo a la población afectada en su momento de necesidad.
Fuente: RPP