Comercio ambulatorio ¿derecho a trabajar o estilo de vida?

No hace mucho un peatón fue envestido por un vehículo, la causa del accidente fue que la vereda estaba ocupada por mercadería y no había suficiente espacio, por lo que la víctima tuvo que bajar a la pista.

Como siempre pasa en estos casos, la municipalidad tomó cartas en el asunto y decidió erradicar el comercio ambulatorio, muchas personas salieron lastimadas, mercadería como frutas y postres se echaron a perder.

En ambos casos, la gente utilizó sus redes sociales para criticar el accionar, primero de los ambulantes por haber provocado un accidente y luego a la municipalidad por su autoritarismo y no dejarles trabajar.

La solución entonces no pasa por escuchar la crítica de las personas, pues estas cambian radicalmente en el mismo caso pero en diferente circunstancia y en un lapso de tiempo relativamente corto, dejando en claro la doble moral o el doble discurso.

El comercio ambulatorio forma parte de nuestra cultura y de nuestra vida, muchos prósperos empresarios empezaron vendiendo en las veredas, el problema entonces está en hacer de este negocio un estilo de vida, es hasta necesario empezar así cuando no se tiene capital, pero pasar cuarenta años ocupando la vía pública, eso es conformismo, lo cual no tendría nada de malo, de no ser por la existencia de normas que lo prohíben.

La municipalidad tiene la responsabilidad de dar solución, pero así como la crítica de las personas, el accionar de los funcionarios o autoridades de turno, cambia de acuerdo a las circunstancias, ejemplo de ello es la visita y las fotos en época de campaña, también está el funcionario que a cambio de unos regalos, sirve de soplón y se encarga de avisar a los comerciantes cuando hay operativos, así es difícil pensar en una solución viable en el corto plazo.

Algo importante que debemos tomar en cuenta es que por la misma naturaleza de su negocio, los ambulantes no pagan impuestos al estado peruano, lo curioso por no decirlo de otra manera, es que la mayoría de ellos son beneficiarios de los programas sociales y bonos que ofrece el gobierno, con eso debe quedar claro que su derecho a trabajar debe ir de la mano con su deber de tributar.

A modo de sugerencia, creo que la solución pasa por hacer un ‘mea culpa’, seamos conscientes que nuestro derecho a trabajar termina en donde empieza el de los demás, que las autoridades deben hacer cumplir la norma y también brindar los espacios de diálogo para encontrar el equilibrio.

La normas fueron hechas para cumplirlas, pero siempre se pueden modificar para mejorar y beneficiar a todos, si eres candidato no uses a los ambulantes como tus aliados para llegar al poder; si eres ambulante que tu meta sea la prosperidad, el Perú que queremos depende de lo que cada uno esté dispuesto a hacer por él.

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