¿Debe un católico intervenir en la política?

De cara a la 2da vuelta electoral que vive nuestro país, en el que ambos candidatos: Pedro Castillo de Perú Libre, y Keiko Fujimori de Fuerza Popular, ultiman detalles para convencer a los electores a votar a favor suyo, muchos catalogan que es la primera vez en que los peruanos nos encontramos en un callejón sin salida.

Aseguran que ni uno ni otro candidato merece ostentar la banda presidencial de Perú; y, en esas circunstancias, un buen número de peruanos, la mayoría de ellos católicos, dicen: “Yo no voy a participar de estos comicios electorales”; pero hay otros tantos, un poco más previsores, que suelen preguntarse: ¿Debe un católico intervenir en la política?

La respuesta es clara y contundente: Por supuesto que sí. Los católicos no somos un grupo disgregado, selectivo, de un tipo especial, aséptico, puro. Somos peruanos como los treinta y tres millones de habitantes del territorio nacional. No podemos mantenernos al margen del esfuerzo por construir una sociedad de paz y de respeto a las libertades de todos. De hecho, santo Tomás Moro, Patrón de los Gobernantes y Políticos, decía: «el hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral». Por ello, el compromiso del cristiano en el mundo, en dos mil años de historia, se ha expresado en diferentes modos. Uno de ellos ha sido el de la participación en la acción política.

Todo ciudadano católico, sea hombre o mujer, debe intervenir en política. Despreocuparse de ello, es grave, sobre todo si se sabe que de su abstención derivan perjuicios para la Patria y/o la Región. De hecho, cuando los católicos rezamos el “Yo Confieso” en la Misa, reconocemos que somos pecadores de “pensamiento, palabra, obra y omisión”. Ojo con el último motivo de pecado: La omisión. Pues, mientras nos golpeamos el pecho tres veces, y reconocemos nuestras culpas, usualmente evitamos reconocer nuestros pecados de omisión, y ellos se presentan, cuando omitimos la caridad al prójimo o cuando escondemos la verdad. Y, en esta línea, los católicos podemos incurrir en pecado de omisión cuando en el ámbito político se ven posturas perjudiciales para la Patria y escogemos libremente no intervenir en dicha situación.

Justamente, cuando el Papa Francisco advierte que no se debe “balconear” la vida, nos está haciendo un llamado a no seguir con esa actitud pasiva de ver las cosas desde arriba pensando que “eso no nos afecta”. Si decidimos quedarnos al margen, pensando que no nos toca involucrarnos en el ordenamiento democrático del país, porque no nos gustan las opciones, o porque creemos que no nos afecta la crisis social y política que vivimos, entonces incurrimos en la omisión, y volteamos la cara ante una Patria grande y digna como es el Perú.

Por: Nilton Roger Mas Rojas

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