Que alguien invente una palabra que defina este sentimiento “Alianza Lima”

“Fue una noche de diciembre, cinco niños jugaban en la plaza de Chachapoyas, varias personas corrían, muchos estaban de pie frente a un televisor, otros tenían lágrimas en los ojos mientras que en la pantalla se veía la palabra FLASH”.

Después de varios años esas imágenes vuelven a mi mente y pregunto: ¿Existe alguna palabra que defina lo que uno siente?; un momento en silencio, un respiro profundo y una taza de café, son suficientes para poner los recuerdos en orden y escribir.
Hay muchas cosas que no podré entender, pero de lo que estoy seguro, es que esa noche fue el punto de inicio de mi romance con el fútbol.

No recuerdo la hora pero estoy seguro que fue el 08 de diciembre del año 1987, una fecha que nunca se podrá borrar de mi mente; esa noche cuatro niños y yo jugábamos a coleccionar escarabajos y armar torres con palitos de fósforo, de pronto nos sorprendió ver correr a varias personas hacia un centro comercial donde vendían artefactos eléctricos, nuestra curiosidad hizo que vayamos tras ellos para saber lo que estaba ocurriendo; poco a poco el lugar se fue llenando de gente, en uno de los televisores las palabra Flash se repetía, de pronto, se daba a conocer la noticia del fatídico accidente ocurrido en el mar de Ventanilla, la incertidumbre fue enorme, muchos rostros desencajados y algunos llorosos; no puedo definir hasta hoy que es lo que sentí en ese momento, solo puedo contarles que los cinco niños nos abrazamos.

Los días siguientes de aquel fatídico accidente fueron muy tristes, en todo lugar era tema de conversación; por mi parte una pelota desinflada se convirtió en mi juguete favorito; quiero contarles que esperaba a que mi tío comprara el periódico, lo leyera, llenara su crucigrama y si tenía suerte me diera el “pupiletras” para buscar las palabras escondidas, eso era alegría; otras veces esperaba a que esté de buen humor para pedirle de regalo el póster de los jugadores desaparecidos del Alianza Lima para coleccionarlo, lograr eso, era felicidad…

Todo lo que vi, leí y escuché sobre el equipo del pueblo fue suficiente para iniciar este sentimiento indescriptible, porque me hizo entender que no es necesario conocer a alguien para empezar a creer en él; si bien es cierto el equipo resurgió poco a poco, por mi parte tuve que esperar 10 años para ver por primera vez a mi equipo campeón el año 1997, en total, Alianza Lima lograba el campeonato después de 18 largos años.

Hoy se cumplen 34 años del fatídico accidente donde fallecieron “Los Potrillos”, años que sigo y seguiré creyendo que no hay cosas imposibles; para mi familia hoy es un día especial y eso nadie lo va a cambiar.

Para los que no conocían esta pequeña parte de mi vida, puedo decirles que este sentimiento es único y que siempre creo en las personas, aunque muchas no me convencen; así que HOY puedo decir que son más de treinta años que tengo este sentimiento indescriptible por el equipo del pueblo; puedo contarles que siempre que tengo la oportunidad, le cuento a Mateo (Mi hijo) lo que he vivido y vengo sintiendo todos estos años, estoy seguro que él me entiende.

“Esclavo de un sentimiento, prisionero de una pasión; arriba por siempre, Alianza Lima corazón”
Jorge Tinoco, un hincha de verdad…

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