“El estado tiene la culpa decimos.”

Todo a sabemos que el estado es un gran soporte para brindar servicios públicos a nosotros los ciudadanos, por no decir los únicos. Para ponerte más claro, nadie te pondrá una carretera, un puente o una escuela que no sea el estado.

El estado canaliza los recursos (así se llama al billete) por intermedio de sus órganos resolutivos o sectores de acuerdo a su necesidad y capacidad de gasto. Para ponerte más claro. El papa gobierno nos dice; toma tu plata para que gastes según tu necesidad y tienes desde febrero hasta diciembre para gastarlo y así se repite año tras año.

Un presidente, un gobernador o un alcalde, son autoridades con la misma capacidad resolutiva, que maneja independientemente su presupuesto y están obligados a apoyarse para atender sus problemáticas. Para ponerte más claro. Tienen el mismo peso un ministro, un gobernador y un alcalde, ya que son los autorizados para manejar los recursos captados por sus ingresos, proyectos, o transferencias, para trabajar a favor de su población.

Ahora bien, ¿por qué los problemas eternos como la falta de agua, escuelas, establecimientos de salud, carreteras y puentes son una letanía para un país o una región como la nuestra? Para ponértela más clara; ¿por qué las obras son deficientes cuando interviene el estado?

Primer error.

El 90% de autoridades no conoce de gestión pública y son asesorados por empresas ejecutorias, que direccionan a conveniencia los recursos del estado.

Segundo error.

Amazonas no tiene una obra emblemática que se haya intervenido con recursos transferidos desde la región o municipios, durante los últimos 13 años. O se quedaron en ideas, o se ejecutaron mal, o no fue rentable a pesar de su inauguración.

Tercer error.

Amazonas como tal, no tiene proyectos de complejidad (de montos presupuestales que generen un indicio de desarrollo social e integral), osea proyectos emblemáticos para impulsar una economía direccionado a la producción, turismo o medio ambiente.

Cuarto error.

Amazonas dentro del sector público, se vende como un mendigo de profesionales. Tenemos egresados profesionales universitarios e institutos, en el mejor de los casos desde el 2006, pero nos entercamos en distorsionar los requisitos para las gerencias, direcciones, subdirecciones, por favor político el 70%, por familiaridad el 20%, por amistad el 5% y por méritos el 5%. Con suerte en ese proceso de favor, se filtren buenos profesionales y aporten su capacidad, pero es contado el número.

Un Hospital de Utcubamba no se hace realidad porque está intervenido por su gobierno regional debiendo ser ministerial operativamente y presupuestalmente. Si un asesor no lo ha detectado, seguirá en promesa.

Un Proyecto de agua como en Utcubamba erróneamente fue asumido por su gobierno regional y no municipal, pero muchos dirán, entonces como nos fue mal en Chachapoyas. Ambos son una ilusión que requiere estudios complejos a nivel ministerial, pero sin dejar de ser asumidos por un alcalde. El tema pasa porque no se quiere aceptar, que no tenemos capacidad técnica para su ejecución y no se verá resultados en Al menos 6 a 8 años.

¿Por qué después de cada gestión, para una autoridad, el capítulo se convierte en persecución judicial, penal, policial y mafia?  Justamente las malas y buenas intenciones de una gestión se miden después de un mandato. Los procesos de investigación deben ser lo más sano, ojo, no es malo que todos sean investigados, lo malo es la impunidad ante tantas obras ineficientes y el premio con reelecciones sin costo o bajo precio al desorden de las propias reglas y normativas del Estado.

Continuará…

Por: Percy Zuta Castillo: Un aprendiz de 80 años.

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