El problema no es que se vayan, sino elegir a quienes vienen

La clase política actual que rige los destinos del Perú no puede estar más desacreditada, con un ejecutivo que se empeña en asquearnos con cada burrada y un congreso que desde hace un buen tiempo se dedica exclusivamente a la censura, interpelación y a buscar la vacancia del presidente.

El Perú está convulsionado como resultado de una ‘guerra’ entre el legislativo y el ejecutivo, algo así como: ustedes son corruptos, nosotros no; sumado a un ministerio público que se presenta como si sería un circo que cada semana nos ofrece una nueva función, puro show mediático hasta ahora y nada de resultados concretos.

El objetivo que todos persiguen parece tener un punto en común y es el adelanto de elecciones, lo que conllevaría a tener que elegir un nuevo presidente y nuevos congresistas, suponiendo que se llegue a dar, ¿a quien o a quienes elegiríamos esta vez?

Estamos como un preso que piensa en escapar, pero solo planifica salir de la carcel y no toma en cuenta como mantenerse afuera sin que lo atrapen de nuevo; si seguimos esa lógica, solo pensamos en sacar a los impresentables de ahora, pero no tenemos idea de a quienes pondremos en su lugar.

Lo que queda claro es que hay dos alternativas, la primera y pensando a largo plazo, se debería promover la formación de nuevos líderes, la segunda a corto plazo, convencer a personalidades idóneas a que tomen la batuta y se postulen en las próximas elecciones, sin eso, sólo tendremos a políticos reciclados postulando y siendo elegidos una y otra vez; lo que significaría que todos estaríamos buscando resultados diferentes mientras seguimos haciendo lo mismo.

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