Margarita Pinedo “Nos aseguramos del desarrollo de los niños”

Desde que se declaró la emergencia sanitaria se ha asegurado que los 111,547 escolares de Amazonas reciban sus desayunos y almuerzos, a pesar de los temores iniciales que tuvieron los padres de familia, maestros, líderes de las comunidades awajún y wampis sobre la distribución de alimentos a causa de la pandemia.

Nunca vio la muerte tan cerca como cuando le informaron que la tripulación de un helicóptero de la Fuerza Aérea del Perú y tres trabajadores de los proveedores de alimentos de Qali Warma perdieron la vida camino a Chija, comunidad del pueblo awajún, porque la aeronave cayó en la selva. Horas antes, Margarita Pinedo Trigoso había viajado en ella hasta Pampaemsa para distribuir alimentos a 17 comunidades alejadas.

El Decreto de Urgencia N° 1472 ha dispuesto que mientras dure la emergencia sanitaria el programa Qali Warma debe distribuir alimentos a las familias más vulnerables del país de acuerdo con lo que soliciten las autoridades. El Ministerio de Cultura pidió en julio que se entreguen canastas de víveres a las comunidades amazónicas.

“El 7 de julio me quedé en Papaemsa para regresar a Chachapoyas. Ellos tenían que continuar con las entregas, pues solo es posible llegar en helicóptero a las familias de las zonas alejadas, a fin de garantizar las buenas condiciones de los alimentos. Estuve coordinando con ellos. En la tarde, el monitor nos avisó que no llegaban. Supe que había pasado algo grave”, y se le quiebra la voz.

Margarita tiene siete años de experiencia en el programa Qali Warma. Empezó como monitora del servicio y, gracias a su dedicación y responsabilidad, asumió las tareas de cada una de las funciones; en la actualidad, es jefa territorial del servicio en Amazonas. Es decir, conoce como la palma de su mano cada uno de sus procesos y exigencias, y además es chachapoyana, una mujer guerrera.

Momentos difíciles

En la cancha se nota la fibra de una persona. Margarita es una joven servidora pública de 31 años, heredera de una cultura a la que es leal porque solo el cariño por su gente la ayudó a tomar decisiones rápidas.

Ella recuerda que el día que se anunció el estado de emergencia estaban listas las raciones de desayunos y almuerzos que iban a entregarse el lunes 16 de marzo a más de 111,000 alumnos de primaria y secundaria de 2,536 instituciones educativas. No se hizo, y quedaron almacenadas en un lugar inocuo en cada local. Con su equipo, diseñó un protocolo de manejo para que los padres se llevaran los alimentos en canastas y los prepararan en casa.

“Era abril y empezaban los contagios; los integrantes del comité escolar no querían ir a la escuela para elaborar las canastas por el miedo a infectarse, y las comunidades amazónicas asentadas en el Cenepa y el río Santiago no querían que los helicópteros aterrizaran. Yo misma tuve miedo de infectarme con el virus”, recuerda.

La alimentación primero

Margarita reconoce que en los peores momentos de la emergencia sanitaria hicieron esfuerzos, junto con su equipo, para no dejar de distribuir los alimentos a los escolares.

“No nos importaron las dificultades, siempre nos aseguramos de dar el servicio alimentario y trabajamos con el fin de brindarlo de manera transparente y de calidad para asegurar el desarrollo de los niños”, sostiene.

También anota que gracias a que todos los procesos para garantizar la distribución de los alimentos son transparentes, no hay corrupción en la gestión. Su mayor logro, afirma, es que sigue trabajando en equipo, se apoya en sus compañeros y en los actores sociales de los distritos y comunidades de Amazonas para lograr sus objetivos.

Fuente: El Peruano

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