¿Será mucho pedir un ‘poquichito’ de criterio y sentido común?

La encontré curpadita en una vereda ancha cerca a Burgos, quizá para no molestar a nadie, ya no quiere ir a la plaza o al mercado desde que unos hombres la miraron feo y le dijeron que no puede vender ahí.
¿Cómo la explicamos que el mundo cambió? ahora el progreso dicta que si quiere hacer su negocio debe tener un puesto en el mercado o una tienda, ser eso a lo que llamamos formal, no importa si toda su mercadería se reduce a la pequeña cosecha de su huerta.
Estoy seguro que más de una vez vio llegar a su pueblo a un bolsudo con carácter bonachón, que saludaba a todo el mundo y que prometía mejorar la situación, luego de eso no volvió a saber del talegón ese; no entiende que esos hombres uniformados de azul que la echaron de su improvisado negocio, trabajan para alguno de esos bonachones que un día la saludaron.
Dentro de poco será ‘obligada‘ junto a muchas otras personas en la misma condición, a asistir a las urnas para elegir a quien se supone debe mejorar el futuro; podría asegurar que ella no sabe lo que es un municipio o una gobernación, ignora quienes son todos los que trabajan ahí con trajes elegantes, desconoce completamente que ella los puso ahí.
En su mente solo está la firme convicción de no ser quilla por eso tiene que trabajar, ella no quiere que le den una limosna, solo quiere vender sus pepinos, culantro, su tomatillo o su granadilla.
Cuanta falta hace el criterio o el sentido común en los servidores, sería chevere que un funcionario mande a la shicra a la norma copiada de limeñitos y por una vez, aplique lo que es mejor para gente como doña quellamita.
Cambiar el mundo no es fácil, sería un upa si pretendo que lo hagamos das das, lo único que sugiero es que si la ves un día en alguna vereda, compres sus productos, no se hará millonaria pero se sentirá útil y eso lo es todo para ella.

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