Le temo a las personas que se quejan de todo y por todo, si les dan algo está mal, si no les dan es peor; tan solo deberían agradecer por un instante que reciben algo y qué hay alguien allá afuera que se preocupa por su bienestar, ya que hay personas que perdieron esta batalla sin recibir nada…
Temo a los que se creen vivos y no usan las mascarillas, ni el distanciamiento social, a los que salen de noche a emborracharse poniendo en riesgo la salud de sus paisanos y lo que es peor, la de su familia…
Temo a esa gente inconsciente que no cumplen con los protocolos, poniendo en riesgo a nuestras fuerzas policiales, militares, serenazgo y personal de salud; y estoy seguro que cuando se contagien o tengan algún problema serán los primeros en quejarse de que no reciben ayuda.
Temo a esas autoridades que gritan a los cuatro vientos que están luchando contra la pandemia, cuando en realidad están luchando por quedar bien ante la población con mentiras absurdas; aquellas autoridades que parecen estar en competencia diciendo lo que harán y hasta ahora no hacen casi nada; que esperan los cuestionamientos y denuncias, para que recién traten de hacer mejoras.
Lo temo a esa gente conformista que dice “Que dios nos ayude”, cuando estoy seguro que hay un poder superior que iluminó a los profesionales que diseñaron los protocolos de salud, para prevenir los contagios; pero simplemente no les da la gana de cumplirlo…
Temo a esa gente que está esperando que llegue el virus para empezar a cuidarse, que esperan contagiarse para darse cuenta que esta situación es grave; ellos serán los que llevarán en su “conciencia” la culpa de causar un enorme daño en la población.
Temo al tiempo de Coronavirus porque ha sacado lo peor de nosotros, nos ha hecho ver que no somos unidos como pueblo; que no somos capaces de lidiar con problemas graves; señor@s agradezcamos que tenemos la vida y que estamos a tiempo de frenar este mal, tan solo deben de cumplir las medidas para no contagiarse…
Mi temor más grande es no volver a reunirme con la familia, con mis amigos de barrio, mis colegas, mis promociones y con toda esa gente que aprecio y extraño; amig@s es momento de luchar contra este mal, no le demos el gusto de derrotarnos tan fácilmente, estoy seguro que podemos hacer eco y sugerir a las personas que cumplan con las normas, desde el lugar donde nos encontramos, porque tenemos que vivir para contarla…