Ziemendorff: Chachapoyas, la serie negra.

Stefan Ziemendorff es un investigador acucioso de delitos antiguos. Descubrió el lugar de donde fue robada la famosa momia Chachapoyas exhibida en un museo parisino en 1877. Ahora acaba de aportar y ordenar datos claves para fortalecer la tesis de que un cacique Chachapoyas fue el asesino del Inca Huayna Capac.

El tema de la momia es importante porque una línea de investigaciones de diversos especialistas, que viene de 1964, sostiene que ella inspiró el célebre cuadro El grito, del noruego Edvard Munch, y varios de Paul Gauguin. Lo cual coloca a la región Amazonas de lleno en el mapa de la pintura europea del siglo XX.

La momia fue sustraída por un explorador francés que se la vendió al ministerio de Cultura de su país. Ziemendorff no solo encontró el lugar del hurto consumado el siglo pasado. Además, confirmó que se trataba de los restos de uno de cuatro guerreros ubicados allí, de los cuales falta precisamente el exportado.

Hay polémica sobre cómo murió Huayna Capac en Quito, en 1524, y van desde enfermedades como la viruela o el sarampión hasta el envenenamiento a manos del cacique Chachapoyas Apo Chuquimis o el brujo Llasha, o ambos. Las crónicas y leyendas locales hablan de una horrenda ejecución para el primero.

Esta última versión viene siendo considerada desde hace medio siglo, y fue adelantada en su momento por el historiador Waldemar Espinoza Soriano. El veneno habría sido administrado como una de tantas pócimas de hierbas que buscaban sanar al Inca. El propósito imaginable es la venganza contra la conquista incaica de la zona.

La tesis nunca fue realmente discutida, ni a favor ni en contra. Pero en un artículo del 2016 Ziemendorff sostiene que su investigación “llega a la conclusión sorprendente de que, de hecho, todos los indicios apuntan a que el envenenamiento es de lejos la causa de muerte más probable del Inca”.

No es cualquier muerte. El asesinato de Huayna Capac prefigura los de sus hijos Huáscar y Atahualpa, el descontento regional en el imperio a la llegada de los españoles, y luego siglos de conspiraciones en las alturas del poder. Chachapoyas sigue entregando sorpresas de primera magnitud a la historia peruana.

Por: Mirko Lauer

Fuente: La República

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