Fallecido en 1850 en Bologne Sur-Mer, Francia, su legado perdura y su influencia en la historia continúa siendo un referente de valor y determinación
En un día como hoy, 17 de agosto, se rinde homenaje y se conmemora el aniversario de la muerte del ilustre general José de San Martín, figura emblemática en la lucha por la independencia del Perú y de varias naciones latinoamericanas.
La historia de San Martín está marcada por su compromiso inquebrantable con la causa de la libertad. A medida que la difícil situación de Argentina y otras colonias se hacía evidente, San Martín regresó a su tierra natal en 1812. Bajo la encomienda de la Junta de Gobierno, lideró la formación de un escuadrón de granaderos a caballo, asumiendo el cargo de comandante.
En 1820, San Martín emprendió una trascendental campaña hacia el Perú. Con el apoyo estratégico de la flota comandada por el escocés Lord Cochrane, logró asegurar el control de la costa del Pacífico.
Negoció con los virreyes Pezuela y de la Serna, pero sus esfuerzos por alcanzar un acuerdo definitivo fueron frustrados por la resistencia de los oficiales realistas.
Durante el curso de esta lucha inquebrantable, San Martín proclamó la independencia del Perú el 28 de julio de 1821. En su papel de Protector del Perú, convocó a un Congreso Constituyente con el propósito de reconciliar las diferencias entre los líderes revolucionarios.
En un hito crucial, viajó a Guayaquil para reunirse con el también destacado líder Simón Bolívar, donde discutieron el futuro del Perú y su posible anexión a la Gran Colombia.
San Martín anhelaba establecer un gobierno monárquico en el Perú, un plan que chocó con la oposición de la burguesía limeña. Debilitado por problemas de salud y fatigado por las tensiones políticas, renunció a su cargo en septiembre de 1822, cediendo su posición a Bolívar.
Finalmente, el 17 de agosto de 1850, en Bologne Sur-Mer, Francia, el “Santo de la espada” dejó este mundo. Sin embargo, su legado perdura en los corazones de quienes aprecian su lucha valiente y su determinación incansable por la independencia de las naciones latinoamericanas.
En Buenos Aires, su corazón descansa en la Catedral de la ciudad, donde dos granaderos mantienen una guardia perpetua y un fuego simbólico ilumina su memoria para siempre. Hoy, en su aniversario luctuoso, se rinde tributo a su vida y obra que forjaron un camino hacia la libertad.
