Cada una encierra parte importante de la historia colonial de Chachapoyas, sus construcciones antiguas reflejan la historia de una sociedad; antiguas bellas construcciones que con el paso de los años se van convirtiendo en frágiles castillos de naipes.
Desde hace varios años instituciones involucradas en la protección y conservación del patrimonio histórico han intentado plantear sin éxito una serie de alternativas para la preservación de estos monumentos que representan parte de la historia viva de nuestra ciudad.
Según un reporte de la Municipalidad Provincial de Chachapoyas realizado en diciembre del 2022, revela que existe un gran problema de viviendas en riesgo de colapso en la ciudad. Se han identificado 115 viviendas con riesgo de colapso, de las cuales 15 tienen un riesgo muy alto, 17 tienen un riesgo alto, 10 tienen un riesgo medio y 73 tienen un riesgo de colapso de cubierta de techo.
Estas viviendas antiguas fueron construidas con materiales rústicos como adobe o tapial, lo que las hace vulnerables a los efectos del tiempo, es así que la falta de mantenimiento, la humedad que socaba las paredes, las conexiones clandestinas, la sobrecarga en techos o muros y los sismos, son algunas de las causas que han contribuido al debilitamiento de la estructura y estabilidad de estas viviendas.
La mayoría de estas edificaciones se encuentran ubicadas dentro de la zona declarada como Ambiente Urbano Monumental de Chachapoyas, las casas con mayor riesgo de colapso están ubicadas en los puntos, tales como, Jr. Amazonas cuadras 5 y 6, Jr. Unión cuadra 4, Jr. Dos de mayo cuadra 6, Santo domingo cuadras 6 y 8, Jr. Triunfo cuadra 11 y Jr. Chincha alta cuadra 7.
Así como estas viviendas, también el Museo Étnico Religioso e Histórico de Santa Ana, monumento que reconstruye la arquitectura de la primera iglesia de indios que fue construida en el año de 1556, por las constantes destrucciones que sufrió a lo largo de los tiempos, causadas principalmente por sismos, ocasionaron gran deterioro, su estado actual es un reflejo claro de que no solo son los pasos de los años, sino también el descuido por parte de las autoridades de cultura en trabajar para su preservación.
Las consecuencias de esta situación son graves, las viviendas están extremadamente deterioradas y ponen en serio riesgo la vida de sus ocupantes y los transeúntes. Es importante que la municipalidad, Defensa Civil, la Dirección Desconcentrada de Cultura y los habitantes de estas casas, trabajen juntos para solucionar este problema y garantizar la seguridad de las personas.
Quienes las habitan son conscientes del peligro en el que conviven, sin embargo, se reúsan a abandonarlas; por su parte la Subgerencia de Gestión de Riesgo aún no ha realizado ningún tipo de iniciativa para concientizar a los dueños y de esa manera trabajar en conjunto para analizar la forma segura de darle mantenimiento a estas viviendas, y así dejen de ser un peligro no solo para los que viven ahí, sino, para los vecinos de las viviendas aledañas.
La formalización de la propiedad, la restauración y la puesta en valor del patrimonio monumental urbano debería ir de la mano con la conservación de los inmuebles que hoy son un peligro, es imposible negar el valor histórico y arquitectónico en la concepción de estas casonas que expresan el nacimiento de una nueva ciudad.
Asimismo, son parte del centro histórico que lastimosamente fueron castigados por el tiempo y por la indiferencia de sus ocupantes y autoridades, no esperemos que el desastre sea inminente, evitarlo está en nuestras manos.
Es importante que se pongan en estado de emergencia estos puntos y establecer una iniciativa para mejorar esta situación, así prevenir una catástrofe, ya que de registrarse un movimiento telúrico de alta intensidad en la ciudad estos recintos se desplomarían en pocos segundos y parte de la historia de chachapoyas quedaría reducida a escombros.
