Tanto la municipalidad provincial como el gobierno regional no han presentado un plan efectivo para poner fin a esta crisis en el corto y mediano plazo
En el barrio Santo Toribio de Mogrovejo de la ciudad de Chachapoyas, la población enfrenta una grave crisis de agua, ya que ninguna de las viviendas cuenta con un servicio regular de suministro hídrico.
La situación ha llegado a extremos preocupantes, dejando a los residentes sin agua durante largos periodos, incluso aquellos que intentan almacenarla en tanques enfrentan desabastecimiento debido a la duración de los cortes.
Emusap, la empresa encargada de gestionar el servicio de agua en la localidad, ha sido objeto de fuertes críticas por parte de los habitantes, pero la empresa se limita a publicar comunicados en sus redes sociales informando sobre cortes de agua en horarios que raramente se cumplen.
La prestación del servicio es tan deficiente que las protestas, incluyendo marchas solicitando la renuncia del gerente de Emusap, han sido la respuesta de una comunidad desesperada.
A pesar de las manifestaciones y demandas de la población, la burocracia y la falta de respaldo de las autoridades locales, provinciales y regionales han contribuido al empeoramiento del problema.
Hace más de dos meses, un grupo, donde también participaron miembros del Freddich, viajó a Lima para reunirse con representantes del Otass, logrando que una comisión fuera enviada a Chachapoyas.
La comisión, compuesta por profesionales, tenía como objetivo identificar las causas del problema y proponer soluciones. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, no se ha recibido informe alguno ni se vislumbra una solución concreta.
Mientras la población sigue padeciendo la escasez de agua, especialmente en la parte alta como el barrio Santo Toribio de Mogrovejo, los residentes se ven obligados a recurrir a fuentes alternativas de agua, como el afluente que alguna vez alimentó el pozo de Yanayacu.
En una situación que recuerda a los años ‘80, los habitantes deben acudir con mangueras y recipientes para abastecerse de agua de manera rudimentaria.
Hasta el momento, las autoridades no han tomado medidas efectivas para resolver este problema, más allá de la firma de un convenio cuya fecha de inicio y conclusión permanecen desconocidas. La desesperación de la población persiste mientras esperan acciones concretas que alivien la crítica situación que enfrentan a diario.
