Hace cientos de años, en las tierras altas del pueblo Soloco, existían numerosos pueblos primitivos, hombres indígenas, aguerridos y fuertes quienes durante la estación de verano sufrían la enorme necesidad de proveerse del elemento principal que era el agua. Todos lo buscaban como “Locos” por todas partes pero no lograban encontrarlo.
En esta desesperada búsqueda, un hombre llamado Valentín Llicmallap, de una altura denominada Purun Llacta bajo en busca de tierras para el cultivo y sorpresivamente encontró un hermoso río entre las piedras y los montes y lleno de júbilo dijo: “iré a Purum Llaqta y diré a todos los pobladores que bajen porque aquí hay agua”. Volvió así a su pueblo y difundió la noticia entre los habitantes. Preso de mucha alegría andaba como un “Loco” invitando a la gente a bajar y nadie creía en sus palabras, sino le creían un verdadero “Loco”.
Luego de mucha insistencia dieron crédito a su mensaje y bajaron. Centenares de hombres, enterrando sus joyas y cargando sus enseres bajaron por el tildado “Loco” y llegaron al lugar de tanta duda, al mismo que denominaron “Solo Loco” porque fue descubierto por un solo hombre, quién por la emoción se comportó como “loco”.
Como dicho descubridor vivió sólo por mucho tiempo se lo llamó “Solitario” y otros en forma de burla dijeron “Sólo Loco”. Fueron las futuras generaciones quienes formaron estos nombres, “Sólo Loco”, “Solitario”, “Sólo Loco”, fijándose en lo que hoy sería “SOLOCO”.
(Cuentos y Leyendas Soloquinos).
Fuente: Distrito de San Miguel de Soloco / Wilman Tafur Vilca
