No es violencia, es un sentimiento reprimido como generalizado que sale del corazón por un daño brutal que nos mantuvo oprimidos por décadas.
Ayer, pasaba raudo por una carretera de la tradicional localidad de Huancas buscándome el sustento diario, cuando de pronto me cruzo con el que pasó de ser un objeto sin mucha trascendencia a convertirse en un real personaje de buena parte la vida de quienes hemos tenido que soportar por más de treinta años a individuos ciertamente deplorables que lo único a lo que se han dedicado es literalmente a jodernos la existencia con su actuar delincuencial y patético.
No es chiste, no es broma, no es sarcasmo, es algo muy real y serio pues la semana pasada fuimos testigos de uno de los episodios más bochornosos a los cuales nos sometieron estos indeseables ante los ojos de todo el mundo y quienes hoy pensarán que todos los peruanos somos de esa calaña y lo cual no se ajusta a la realidad. Son simplemente un puñado de parásitos que año por año nos han chupado la sangre hasta convertirnos en casi cadáveres o zombis a los cuales creían que podían someter a las peores torturas psicológicas sin derecho a defensa.
Sin embargo, todo tiene un límite y gracias al liderazgo de un grupo de hombres hemos recobrado de cierto modo la confianza en nuestras autoridades empezando por nuestro Presidente de la República Don Martín Vizcarra, el ex Premier Don Salvador del Solar y su gabinete ministerial.
Ante ello, tal es la desvergüenza de estos personajes caricaturescos como éste disque almirante Carlos Tubino quien en afrenta directa se atrevió a pechar abiertamente a un pueblo que ya está enardecido por tantos años de aguantar las estupideces y atrocidades cometidas especialmente por los aprofujimoristas.
Este energúmeno pensó que seguía de “jefe” militar y con palabras soeces no propias de un representante del estado se enfrascó en un enfrentamiento directo con un pueblo astiado de soportar la pestilencia de tanto cadáver político producto de la denigración social en la que vivimos.
Hubo por ahí una mano milagrosa y con y tal puntería que dio justo en el blanco de una cabeza que se ha pintado completamente por canas y ganas de hacernos la vida difícil a los peruanos que repudiamos esta manera infame de hacer política.
Me tildarán de violento por lo que estoy diciendo y si es así lo asumo con la valentía y entereza que nos caracteriza a la gente honesta. No obstante personalmente no lo considero tanto así como un acto violentista el hecho de arrojarle un cono a alguien que nos ha causado mucho daño. Por lo demás no se me hagan los santitos y díganme si en realidad no han reído, gozado y sentido un poco de alivio ante esta escena que fue viralizada en los medios de comunicación especialmente en las redes sociales.
Violencia, es la que han ejercido estos señores por décadas desde el poder y desgraciándonos la existencia con su actitud matonezca y burlándose del derecho de todo un púeblo que les brindó erróneamente la confianza. Cuantos sufrimientos, cuanto llanto, cuánto dolor, cuántas vidas y sangre derramada por peruanos inocentes que fueron víctimas de la insanía de estos que se perpetraron en el poder so pretexto de la lucha contra la pobreza.
Díganme con sinceridad cuantos como yo que no somos partícipes de la violencia hemos sentido un poquito de placer mirando estas imágenes del cono de Tubino. No se me hagan los angelitos pues en el fondo de nuestras conciencias hasta hubiéramos deseado que el conito naranja hubiese sido de algún material metálico.
Dicen también ¡qué criminales que atentan contra un viejito! ¿Cuál viejito? ¿Nos olvidamos acaso de los viejitos de todos los rincones de nuestro país que viven en la miseria o peor aún que ya fallecieron en el total olvido producto del mal obrar de gente lacra como este Señor Tubino que viven entre lujos producto de asaltar al pueblo mediante los cargos que han ostentado por mucho tiempo?
Este acto no está bien, lo acepto puesto que lo observan nuestros niños quienes piensan que ello es algo normal y que lo pueden reproducir con sus hermanos, amigos o compañeros de estudios. Eso sí no está nada bien. Queda entonces en nuestras manos como padres y docentes el inculcar valores y buenas costumbres en nuestros niños, además de cultivar en ellos la inteligencia y perspicacia al momento de tomar decisiones. Vamos a mostrar a nuestros jóvenes los rostros de estos individuos como son Mauricio Mulder, Jorge del Castillo, Javier Velasquez Quesquén, Rosa Bartra, Luz Salgado, Héctor Becerril, etc, etc, etc, que yo como Usted identificamos muy bien para que no sigan derramando su veneno y pésimos ejemplos a nuestra sociedad a la cual están dejando por lo menos momentáneamente en ascuas como en la incertidumbre. Construyamos seres humanos de paz en nuestros hijos, es nuestra responsabilidad.
“MI CONO, TU CONO, NUESTRO CONO” hoy es el personaje pasajero que pasará a la historia como un símbolo de la búsqueda de dignidad y un mundo mejor para “MIS HIJOS, TUS HIJOS, NUESTROS HIJOS” que así sea.
Prof. Lino Sonders Rojas Mori.
