Perú introducirá una nueva normativa que presume a todos sus ciudadanos como donantes de órganos, a menos que expresen lo contrario
La Ley N.º 31756 tiene como objetivo mejorar el acceso a trasplantes terapéuticos, ya que el país se encuentra en la posición 62 a nivel mundial en donación de órganos, según el último informe del Registro Internacional en Donación de Órganos y Trasplante (IRODaT), publicado recientemente; esta medida busca cambiar la históricamente baja tasa de donaciones en el país.
El director de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre del Ministerio de Salud (Minsa), Juan Almeyda, señaló que la nueva normativa facilitará la disponibilidad de órganos y tejidos humanos para aquellos que los necesiten, a menos que los ciudadanos expresen su voluntad contraria.
Se espera que el reglamento de la ley, emitido a través de un decreto supremo, entre en vigor a fines de febrero de 2024; esta acción forma parte de una estrategia nacional para mejorar las tasas de donaciones y trasplantes, siendo altamente anticipada por la sociedad y los profesionales de la salud.
Según Almeyda, aquellos ciudadanos que opten por no ser donantes deberán expresarlo formalmente, siguiendo los procedimientos establecidos en la ley.
La nueva normativa, promulgada por el Poder Ejecutivo en mayo de 2023, presume el consentimiento para la donación de órganos hasta que el ciudadano decida registrar su negativa. Además, se establecerán mecanismos que permitan a los peruanos manifestar su voluntad de manera práctica y accesible.
El director del Minsa destacó la importancia de esta medida, subrayando que “todos vamos a ser donantes“. Con la implementación de esta norma, se espera que muchos pacientes en lista de espera tengan la oportunidad de recibir un órgano donado y, por ende, salvar sus vidas.
Almeyda explicó que los médicos tratantes de los hospitales autorizados serán los responsables de incluir a los pacientes en la lista de espera, enfatizando que no hay un límite de edad, pero se deben cumplir ciertos requisitos fundamentales.
Estos incluyen estudios médicos exhaustivos para descartar enfermedades infecciosas y evaluaciones psicológicas, entre otros criterios. La evaluación social también es parte del proceso, asegurando que el paciente pueda mantener un entorno propicio para su recuperación post trasplante.
Fuente: El Peruano
