Conflicto Palestino – Israelí alcanza tensión sin precedentes en Medio Oriente

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Este conflicto tiene raíces históricas en el movimiento sionista del siglo XX, que buscaba establecer un Estado judío en Palestina, provocando tensiones con la población árabe musulmana

El conflicto entre palestinos e israelíes ha alcanzado una tensión sin precedentes en los últimos años, marcado por eventos recientes que han desencadenado una escalada de violencia.

El sábado pasado, Israel declaró el estado de “preparación de guerra” en respuesta a un extenso y sorpresivo ataque con misiles lanzado por Hamás, el grupo islamista militante que controla la Franja de Gaza.

El ejército israelí respondió con ataques a objetivos en Gaza y llamó a sus reservistas, mientras que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró que su país estaba “en guerra”.

Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abás, afirmó que su pueblo tiene el derecho de defenderse del “terror de colonos y tropas de ocupación”.

Este conflicto tiene sus raíces en décadas de tensiones y disputas históricas en la región de Medio Oriente.

El conflicto comenzó a principios del siglo XX, impulsado por el movimiento sionista, que buscaba establecer un Estado para los judíos en la región de Palestina, ocupada mayormente por árabes musulmanes en ese momento.

Después de la desintegración del Imperio Otomano, el Reino Unido administró Palestina, pero las promesas incumplidas a árabes y judíos llevaron a tensiones y enfrentamientos.

Luego de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto aumentó la presión para establecer un Estado judío. Sin embargo, la creación de Israel en 1948 provocó una guerra y la Nakba, que resultó en la expulsión de 750,000 palestinos.

La tradición judía considera la región de Israel como la Tierra Prometida y, tras la Primera Guerra Mundial, el Mandato británico sobre Palestina reconoció la conexión histórica del pueblo judío con la región, lo que impulsó la creación de Israel en 1948.

Luego de la Guerra de 1948, la división de Palestina quedó definida por la Línea de Armisticio de 1949, dando lugar a dos territorios palestinos: Cisjordania (que incluye Jerusalén Oriental) y la Franja de Gaza, la cual fue capturada por Israel en 1967 y desocupada en 2005, aunque aún sufre un bloqueo.

A pesar de varios intentos de paz, como los Acuerdos de Oslo en 1993, no se ha alcanzado una solución duradera. Los principales puntos de conflicto incluyen Jerusalén, las fronteras, los asentamientos judíos y el retorno de refugiados palestinos.

En 2012, la ONU reconoció a Palestina como “Estado observador no miembro”, permitiéndoles participar en debates de la Asamblea General y mejorar sus posibilidades en organismos internacionales, pero no creó un Estado palestino independiente.

Estados Unidos es el principal aliado de Israel, con un fuerte apoyo político y militar. Sin embargo, los palestinos no tienen un apoyo abierto de una potencia.

Para lograr una paz duradera se necesitaría el apoyo de ambas partes. Los israelíes deberían considerar un Estado palestino independiente, levantar bloqueos y restricciones, mientras que los grupos palestinos deberían renunciar a la violencia y reconocer a Israel.

Sin embargo, las diferencias en temas como Jerusalén y los asentamientos judíos siguen siendo obstáculos significativos.

El conflicto palestino-israelí sigue siendo un desafío complejo y en evolución en Medio Oriente, con profundas implicaciones regionales y globales.

Fuente: Diario el Comercio

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