Teleférico de Kuélap le cuesta al Estado más de S/ 77 millones en 5 años de subvención

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A raíz del inexplicable aumento de la tarifa del Teleférico de Kuélap, pese a la disminución de visitantes en 2019, Turiweb analizó el contrato de concesión, las condiciones del mismo y las proyecciones a futuro, descubriendo algunas inconsistencias que pondrían en duda la rentabilidad del proyecto.

Primero, la extraña aplicación del mecanismo de Asociación Público-Privado (APP) que difiere de su concepto oficial, pues –en este caso– el Estado es quien asume casi todo el costo y el riesgo financiero del proyecto, mientras que el concesionario Consorcio Telecabinas Kuélap juega un papel más parecido al de un “operador», en lugar de un “co-inversionista”.

Segundo, llama la atención que, además de la inversión para la ejecución de las obras y el desarrollo del proyecto, el Estado esté obligado a hacer un pago fijo al concesionario por el uso o no del servicio de telecabinas; es decir que, así caiga la demanda por cualquier motivo o razón, el “co-inversionista” seguirá recibiendo tal retribución por los asientos no vendidos ni utilizados.

Y tercero, el plan económico – financiero difiere de lo planteado en el estudio de perfil del proyecto, donde se proyectaba un periodo de 10 años para alcanzar el punto de equilibrio y la sostenibilidad operativa, pero con una tarifa promedio de S/ 28 por persona. El contrato actual fijó un precio inicial “solidario” de S/ 20 (que aumentó a S/ 21 este 2020) extendiendo el plazo para lograr las metas, con el riesgo –tal como van las cosas– de llegar a cumplir los 20 años de concesión sin ver el retorno de la inversión pública.

MODELO DE APP

El proyecto denominado “Mejoramiento de los servicios turísticos públicos de la Zona Arqueológica Monumental Kuélap, Distrito de Tingo, Provincia de Luya, Amazonas”, con SNIP N°2680022, data del año 2013, siendo el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) la unidad formuladora del proyecto y el Plan Copesco Nacional la unidad ejecutora.

A fines de ese año, ProInversión convocó a licitación y, tras ocho cambios en el contrato de concesión original, en mayo de 2014 se entregó la buena pro al único postor calificado según las bases del concurso: Consorcio Telecabinas de Kuélap, conformado por la empresa Pomaglasky S.A.S. e Ingenieros Civiles y Contratistas Generales S.A.

Según una investigación hecha en 2017 por Vilma Salazar Valle y Martín Ramírez Paredes, incluida en su tesis de maestría para la Universidad del Pacífico, el referido proyecto requería de la participación directa del Estado para su ejecución, puesto que no resultaba viable ni atractivo para la inversión privada. Entonces, se analizó la correcta elección del modelo de Asociación Público-Privado (APP), en lugar de una Obra Pública (OP).

El estudio indica que el mecanismo APP resultó el más apropiado para este proyecto; sin embargo, dadas las condiciones estipuladas en el contrato de concesión, la iniciativa pudo desarrollarse como OP. Ello, debido a que el Estado asumió los costos y riesgos de la operación, mediante los mecanismos de Pago por Avance de Obras (PPO), pero que contempló un adelanto del 60% de la inversión pública; y Pago por Operación y Mantenimiento (RPMO), correspondiente a la retribución mensual por uso o no del servicio.

“El Mincetur pudo haber ejecutado el proyecto bajo la modalidad de obra pública convencional (OP) contratando al privado para el diseño y construcción del sistema bajo un esquema de pago de obra pública, con el mismo mecanismo de pago del PPO contemplado como parte del cofinanciamiento de la APP, incluyendo un periodo de puesta en marcha para la implementación de un plan de operación y mantenimiento del sistema, y de capacitación para la administración pública o para la contratación de la empresa operadora del sistema de telecabinas”, sugieren los autores de la investigación.

También cuestionan que el contrato no asigne al “co-inversionista” mayores compromisos y obligaciones con respecto al crecimiento sostenido de la demanda del teleférico y la promoción del destino Amazonas, lo cual hubiese hecho que el Consorcio Telecabinas Kuélap cumpla un rol más trascendental y no solo ser un operador. “El hecho de que se quiera un concesionario que solo vea por los resultados de la conectividad, hace difícil el transferir este riesgo. Si se hubiese pensado en una concesión integral que incluya el desarrollo del destino turístico (objetivo del PIP), este riesgo hubiese podido ser transferido al privado”, refieren.

PAGO POR NO USO

Más de S/ 77,1 millones ha desembolsado el Estado peruano financiando el Teleférico de Kuélap, desde la concesión del proyecto en 2014 hasta fines de 2019. Dichos recursos han sido transferidos al Consorcio Telecabinas Kuélap en los últimos cinco años, de los cuales S/ 70.8 millones (92%) se destinaron a la construcción del nuevo sistema de transporte y S/ 6.3 millones a la subvención de sus operaciones.

Lo curioso del caso es que, pese a ser una APP, el Estado seguirá costeando por muchos años más el funcionamiento de las telecabinas y pagando por ello al Consorcio Telecabinas Kuélap, asumiendo así los riesgos financieros y compensaciones en caso de un menor flujo de pasajeros.

Como hemos referido líneas arriba, el contrato de concesión estipula una retribución económica a favor del concesionario por concepto de Pago por Operación y Mantenimiento (RPMO), cuyo mayor porcentaje corresponde a los viajes no concretados cada mes. Se financia con los recursos asignados por el concedente (Estado) y con la recaudación de tarifas y de los pagos derivados de servicios complementarios. Es decir, el Mincetur asume el costo de cada asiento no utilizado.

Prueba de ello son los resultados de 2019 que muestran un incremento del 5% en el pago fijo a la empresa concesionaria, debido a la disminución de -9% en el flujo turístico con respecto al año anterior. En 2018 arribaron a la fortaleza 110,068 visitantes y el Mincetur transfirió S/ 2.3 millones a Telecabinas Kuélap, mientras que en 2019 llegaron 100 mil viajeros y se entregó S/ 2.5 millones a dicho consorcio.

Es decir, el Consorcio Telecabinas Kuélap nunca pierde y el Estado sí, debido a la subvención del proyecto. Por tanto, si baja la demanda el concesionario recibe el pago fijo establecido en más de S/ 3.5 millones al año (en dos cuotas: junio y diciembre), menos el total recaudado por el cobro de tarifas, y si hay aumento obtiene un porcentaje adicional por ello. Aunque usted no lo crea.

Ello explica el aumento de la tarifa de S/ 20 a S/ 21 para este año, tras la caída de turistas en Kuélap el año pasado. Con esta subida, el Mincetur buscaría compensar el desembolso público este 2020.

“El contrato considera un esquema de pago fijo por operación y mantenimiento del sistema (RPMO) que recibe el privado haya o no uso del servicio de transporte por cable, sin tener preocupación por la demanda dado que este riesgo es del Estado; con lo cual el privado no tiene incentivos en brindar un servicio de calidad, menos de realizar servicios complementarios que sirvan para ayudar al cofinanciamiento del Estado”, señalan Vilma Salazar y Martín Ramírez en su tesis.

BALANCE FINANCIERO

Finalmente, la tercera observación hecha al proyecto de Telecabinas Kuélap tiene que ver con el plan económico – financiero e indicadores de rentabilidad. En el Estudio de Preinversión elaborado por el consorcio IDOM-TP-TPC de 2013, se determinó que, según el crecimiento estimado de la demanda y contemplando un precio inicial de S/ 20,00 incluido IGV, el resultado fue que los ingresos recaudados por el cobro de tarifas no llegarían a cubrir los costos operativos en los 20 años de concesión.

Por tanto, se propuso fijar una tarifa promedio de S/ 28 por persona para que, con la demanda proyectada, se pueda alcanzar el punto de equilibrio y la sostenibilidad operativa en periodo de 10 años. El cálculo se hizo estimando que en 2025 llegarían al menos 120,000 visitantes a Kuélap y utilizando el sistema de telecabinas.

No obstante, el contrato final dispuso una tarifa inicial “solidaria” de S/ 20 (inc. IGV), que podría elevarse recién en el décimo año de la concesión; pero para paliar el déficit financiero por un menor precio y cumplir la meta, se optó por aumentar la inversión estatal en las obras de S/ 59 millones a más de S/ 70 millones.

“En la evaluación financiera del proyecto, el flujo de caja financiero –considerando los ingresos por tarifa según demanda efectiva y los costos de las inversiones y operacionales–dio como resultado un VANF negativo en -S/ 71,16 millones, con lo cual se determinó que los ingresos no cubren los costos operativos y por lo tanto tampoco las inversiones”, señalan los autores de la tesis analizada para este informe.

Según el Mincetur, las obras del proyecto Sistema de Telecabinas de Kuélap comenzaron el 14 de agosto de 2015 y concluyeron en noviembre de 2016, con un monto de inversión de S/ 75’462,345.18 incluido IGV, que comprende el expediente técnico, la ejecución de obra y la supervisión. La concesión culminará el 15 de octubre de 2034.

En conclusión, para cubrir los costos de operación y mantenimiento del sistema de Telecabinas Kuélap, a una tarifa de S/ 21 por persona, se requiere duplicar el flujo turístico actual y sumar a la cifra actual por lo menos 123 mil visitantes más al año, un reto difícil de lograr al paso que vamos, peor aún si se mantienen las restricciones de ingreso a la fortaleza debido a las obras paralizadas del Plan Copesco Nacional.

¿Es rentable el Teleférico de Kuélap? Saque usted sus propias conclusiones. Mientras tanto, ojo con las futuras concesiones para que sean mucho más justas con las arcas del Estado.

Fuente: www.turiweb.pe

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