Madres, esposas, hijas o hermanas que priorizaron su vocaciĂłn de servicio para el cuidado de la poblaciĂłn
Katherine Flores Quiza tiene 33 años. EligiĂł ser enfermera hace 8 años, cuando vio a su tĂa InĂ©s ejercer con amor y dedicaciĂłn esta noble carrera, que demostrĂł, durante la pandemia por el covid-19, el valor de las mujeres en la primera lĂnea.
“He sentido miedo, dudas, temores, ansiedad, angustia, pero mi fuerza de mujer me ha empujado a seguir adelante, a no desmayar; asà somos las mujeres, nunca nos rendimos y seguimos avanzando a pesar de las adversidades”, comenta Katherine antes de salir de su casa en Villa El Salvador para abordar el tren eléctrico rumbo al Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) San Borja.
En este centro pediátrico altamente especializado y de referencia nacional asumió el reto más grande de la historia: cuidar, velar y ayudar a los niños y adolescentes que contrajeron el nuevo coronavirus.
Kathy fue la encargada de atender al primer pequeño contagiado de covid-19 que se registrĂł en la instituciĂłn. Se trataba de un bebĂ© de dos meses de vida, de quien recuerda su valentĂa, ya que a pesar de la separaciĂłn de sus padres no lloraba y resistĂa en el área covid-19 al virus. Finalmente, el bebĂ© saliĂł de alta despuĂ©s de 26 dĂas y el reencuentro con su madre fue muy emotivo. “Me sentĂ feliz por Ă©l, nunca me olvido de ese momento”, recuerda.
“El camino de la vida no es fácil, he tenido que vencer muchas pruebas. El año pasado fue aĂşn más difĂcil, pero aprendĂ a manejar el estrĂ©s, los miedos y pude conseguirlo gracias a Dios y mi familia. Eso me impulsa, me anima, me motiva”, dijo RocĂo Vásquez Venancio, quien a sus 38 años se multiplica para estudiar, trabajar y atender a su familia.
Ella es tĂ©cnica de EnfermerĂa y se encuentra en la primera lĂnea de batalla desde el primer dĂa. “Fue un reto grande asumir el trabajo, pero lo hice por mĂ, por mi familia, por la sociedad, porque servir es mi vocaciĂłn”, cuenta.
Agradece a la vida por ser mujer, por ser fuerte, por ser valiente y una guerrera. Por ello no dudĂł en enviar un mensaje a las mujeres en su dĂa. “Luchen por sus sueños, no se rindan, siempre hay una meta por cumplir, y mientras haya vida y fortaleza, lo haremos”, afirma.
Kelly Olano Romero ejerce la profesiĂłn de mĂ©dico hace 13 años, y como pediatra, hace 5. Desde el primer dĂa de la declaratoria de emergencia nacional por covid-19, ella asumiĂł un frente importante: recibir a los niños con sospecha de covid-19 en la carpa de triaje diferenciado.
“Las mujeres somos sumamente valientes; lidiamos con el trabajo, con la casa, con la familia, pero lo hacemos siempre con la frente en alto, mirando para adelante, nunca para atrás”, dice Kelly, quien estudia una maestrĂa, atiende a sus dos pequeños de 10 y 5 años, no descuida a su esposo y menos a su padre, a quien el año pasado ayudĂł a superar un cuadro de covid-19.
“Ha sido un tiempo difĂcil y complicado, pero las mujeres no nos rendimos, no nos dejamos vencer y siempre seguimos mostrando mucha fortaleza”, puntualiza.
En el INSN San Borja, liderado por una mujer, la directora general, Zulema Tomas Gonzales, el 70% de trabajadora son mujeres, entre mĂ©dicos, enfermeras, tĂ©cnicos de enfermerĂa, nutricionistas, asistentes sociales, limpieza y seguridasd.
Todas ellas integran este centro pediátrico altamente especializado y de referencia nacional.
“Es un tiempo difĂcil, pero somos mujeres valientes y estamos al frente trabajando con dedicaciĂłn. El papel que nos ha tocado hoy como profesionales, como mamás, como esposas, como hijas es importante para la sociedad”, dice Tomas Gonzáles.